La verdad, es que nos encanta nuestra carrera. Es algo vocacional y que llevábamos esperando mucho tiempo.
Una de nuestras funciones principales es hacer felices a los niños, ya que creemos que nosotras como futuras docentes, no nos queremos limitar a impartirles el temario, sino que creemos que la docencia va mucho más allá. Pensamos que el colegio tiene que ser como su segunda casa.
Pero... los colegios no tienen por qué ser lugares que encierran niños entre paredes frías. Tienen que recoger niños con alegrías, ilusiones, inquietudes y muchas ganas de aprender y querer saber más acerca de todo lo que les rodea.
Somos partidarias de que cada rincón de los colegios tiene que estar decorado y que los niños sean quienes lo ideen, fomentando así su creatividad e imaginación, y convirtiendo el colegio en un lugar idóneo para ellos. UN LUGAR CON COLOR, CON VIDA.
Por eso, nos encanta nuestra facultad, con sus pasillos, paredes y aulas decoradas.
Trabajar con ellos nos ayuda a fomentar y ampliar nuestra imaginación y que por nuestros pasillos se puedan ver estas creaciones.
Consideramos la asignatura de plástica como algo principal en las aulas de educación primaria, por lo que nos encanta estudiarla en la carrera porque además es una forma nueva y diferente de aprender.
Queremos aprender más.
Queremos ser las mejores profesoras.
Queremos que los niños imagen, creen...
¡QUEREMOS VIDAS CON COLOR, CON ALEGRÍA!
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