Como en clase hicimos nuestra particular representación de la primavera, yo también he hecho la mía propia.
Amarillos, lilas, verdes, blancos, rosas ya invaden las calles de nuestras ciudades. Aún las flores consiguen hacerse hueco en tan contaminado mundo y florecer como año tras año una primavera más.
Un año más la naturaleza se abre camino aunque no se lo pongamos fácil. Parece que nos gusta más la masificación de viviendas. Claro, eso da más dinero que unas flores.
Nos olvidamos de que al verlas nos transmiten una alegría inmensa. Una alegría que nos hace olvidar todos los problemas asombrándonos de lo increíble que es la naturaleza
Una alegría que hace olvidar por unos momentos a la escuela pública estos malos momentos en los que se encuentra.
No, la naturaleza no entiende de malos tiempos ni de crisis que valgan. Ella está dispuesta a regalarnos todas las primaveras sus hermosas flores para que, juntos, todos los seres que habitamos este pequeño planeta sonriamos.
La primavera nos recuerda que después de la tempestad que estamos viviendo saldrá el sol y todo volverá a florecer.
¡Que viva la naturaleza, que vivan la primavera y que viva el mundo entero!
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